“La verdadera transformación digital es un proceso de reinvención de una organización hacia el consumidor digital para que la misma mantenga competitividad”.
La ruta de los negocios en este cambio de Era tiene una mano única y ella conduce a la irremediable transformación digital de las empresas. No se trata de una opción sino de un nuevo estándar imprescindible para existir en un mundo atravesado por la aceleración exponencial del cambio tecnológico.
Para comprender a qué tipo de desafíos se enfrentan las organizaciones es fundamental empezar identificando la esencia de la revolución digital en curso y la velocidad que ésta le imprimió al cambio. Algunos datos ayudan a develar la intensidad de ambos fenómenos:
Probablemente las reuniones de su empresa ya se vean parecidas a esta imagen, y puede ser revolucionaria si es bien entendida. Igual la introducción de herramientas en la nube o el big data en el trabajo diario.
La gente ya habla de modo naturalizado de “cambios disruptivos” para referirse a situaciones derivadas del impacto tecnológico que la afectan y no saben cómo abordar.
“Casi todo esto ha sido verdaderamente repentino: se reaceleró el cambio tecnológico en la última década, de modo realmente desconcertante”, asegura Philip Evans socio principal del Boston Consulting Group.
Las empresas y sus directivos no escapan a esa sensación que navega entre la frustración y la desorientación, intentando dar un camino correcto a la transformación digital de la empresa y la adopción de nuevas herramientas por parte de directivos y colaboradores. Muchas veces se gasta más tiempo y energía en convencer de los beneficios y comunicar la necesidad de renovarse, modernizar los mandos medios y la adopción de nuevas metodologías por los colaboradores.
El management de las compañías -incluso de las consolidadas- “quiere algo más específico que la noticia de que su destino es sufrir una ‘disrupción’ a manos de unos jóvenes del Silicon Valley. Sin embargo, dado el ritmo actual del cambio, sería insensato predecir lo que el futuro depara a negocios o empresas específicas”, reconoce Evans.
La incertidumbre es, sin duda, parte inevitable del nuevo juego que deben enfrentar las empresas para navegar la revolución digital en marcha. Pero, al mismo tiempo, el aprendizaje continuo, la readaptación y la reinvención son las armas estratégicas que les permiten asimilar los cambios y sostener la competitividad necesaria para sobrevivir de modo sostenible.
Sobre todo, es fundamental contar con herramientas y equipos de asesoramiento expertos en reinvensión y transformación de empresas a lo digital, que puedan lidiar con el diagrama de nuevos procesos y medir el desempe;o para optimizarlos y adaptarlos a cada situación particular.
Tal vez, la única certeza es que de esto no hay escapatoria. La prospectiva económica así lo demuestra: en la actualidad, la economía digital representa un 16,2% del PBI en la Argentina, lo que equivale a US$88.000 millones; pero, según cálculos de Accenture podría elevarse por encima del 19% para 2021.
Los activos productivos, los modelos de negocios, los sistemas de organización, los métodos de ventas, los canales de mercadeo, el perfil de los empleos y de los consumidores, la logística… absolutamente todos los frentes de la vida de las empresas (cualesquiera sean sus tamaños o industrias) ya quedaron alcanzados por la ola digital, y sus efectos se acentuarán en intensidad y en lapsos cada vez más cortos.
Subirse en este momento a la tendencia de la transformación, es prioritario y necesario para aprovechar los beneficios de mantener el posicionamiento en un mercado cada vez más exigente, consumidores más conectados y nuevos competidores más ágiles.